Deléitate pasando un día para ti y contigo mismo en silencio. Con el ritmo acelerado de nuestras vidas, a menudo nos olvidamos de sintonizar con nosotros mismos. Entonces empezamos a vivir desde nuestra cabeza y nos olvidamos de quiénes somos realmente y de lo que realmente queremos desde nuestro interior. Un día entero en el que tu agenda no juega ningún papel. Un día lleno de diferentes ejercicios de atención, en los que practicas estar atento desde una actitud muy amable y sin prejuicios. El silencio rompe con el patrón diario de reaccionar, ante ti mismo o ante el mundo exterior, y te permite experimentar lo que surge sin tener que formarte una opinión o expresar algo inmediatamente.