Mindfulness parece tener un profundo efecto en el cerebro infantil. Especialmente en las partes del cerebro que se activan durante el estrés, las emociones, la agresividad y las funciones ejecutivas. Las investigaciones cerebrales demuestran que los niños que han practicado o practican mindfulness manejan las situaciones estresantes de forma diferente y son más capaces de empatizar con los demás. Toman decisiones diferentes en situaciones de conflicto: más conscientemente y desde la calma. Menos por impulso o a la deriva. Mindfulness es bueno para el cerebro de todos los niños en desarrollo.
Actualmente se están llevando a cabo estudios sobre el método mindfulness Eline Snel para niños y adolescentes. Para estos estudios, colaboramos con el profesor Ron Scholte de la Universidad Radboud de Nimega, el Instituto Trimbos y, en el extranjero, con el profesor Herman Lo de la City University de Hong Kong. Le mantendremos informado de los resultados a través de nuestros canales en las redes sociales y nuestro sitio web.